Consiste la esfoyaza en la recogida del maíz y la preparación de las "panoyas" a las que, tras quitarles las hojas hasta dejar solamente dos o tres, se "enriestran" en piñas, se tejen como si fuese una trenza de unos dos metros y medio de largo y, finalmente, se cuelgan del hórreo o de la panera esperando su secado.
Tiene la esfoyaza, allí donde se realiza, un componente lúdico complementario del trabajo que, en nuestro caso, es el que nos interesa. Al tratarse de un quehacer manual rutinario la lengua queda libre para hacer de las suyas. Lengua para qué te quiero. Se bromea e incluso se juega a las prendas (esconder pañuelo, zapatillas, etc.) o, aprovechando la aparición de cierta especie rara existente en el maíz, se le adjudica algún don especial que viene a entretener a la concurrencia. Así sucede al encontrarse una panoya de granos rojos, llamada "rey", cuyo significado es el de que en la familia habrá una boda en aquel año.
Ocurrencias y componendas completarán el trance o, como en otras ocasiones, lo amplían. Tal sucede cuando el hallazgo del "rey" conlleva el tener que dar un beso a la persona que al descubridor más le guste. El divertimento queda servido y, de paso, alguna que otra duda aclarada.
La duración de la esfoyaza es de dos o tres noches, dependiendo del maíz cosechado. Aunque los niños no hacen ese trabajo suelen,la primera noche, compartir la reunión de los mayores y admirar, entre divertidos o asustados, las bromas que se gastan o las historias que se cuentan. Son impresiones que durarán toda una vida, gestos que se grabarán en sus almas, tradiciones que perdurarán más allá de las novedades que los nuevos tiempos puedan traer. ¿ Quién no recuerda, conmovido y emocionado, el "día del ramo" cuando, en ristres y colgado ya todo el maíz, la fiesta subió de tono, se gastaron las más jugosas bromas, se oyeron los más fantásticos cuentos, se recitaron los romances más sugerentes y, cómo no, al son de la gaita, se bailó hasta bien entrada la noche ?
En nuestro Barrio, como en otras muchas partes, esta costumbre se está perdiendo ya que apenas si, hoy día, se cultiva el maíz. Los gustos, además, y las nuevas maneras agrícolas apuntan hacia otras actuaciones y comportamientos. El beso, por ejemplo, ha perdido carisma, encanto; y una comida copiosa frente al televisor posiblemente tira más que aquella historia, siempre la misma, siempre con las mismas palabras, que contaba el abuelo...
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