LA LEYENDA DEL POZU FULLARICOS
Habitaba en el concejo de Salas, en Ablaneda, un palacio bastante grande en el que vivía un viudo que estaba muy triste desde que había enviudado, pero tenía una hija guapísima, muy buena pero muy, muy, caprichosa.
Como su belleza era conocida por todos, no le faltaban diariamente, muchos pretendientes que venían de muchos y variopintos lugares que llegaban allí para ver de cerca su gran hermosura. Ella estaba encantada con ser el centro de atención.
Pero un buen día llegó a sus oidos que una dama que vivía en el castillo de Belmonte era tambien bellísima y empezó a sentir la envidia dentro de su ser.
Moraba por aquellos lares un diablo, que enterado, de la envidia despertada en aquella joven, se presentó ante ella, y le ofreció una belleza tan deslumbrante que jamás nadie le haría sombra, solamente a cambio de su alma. La joven estuvo un poco confusa ante tal propuesta, pero finalmente acabo aceptando.
Pasó el tiempo y cada vez eran mas los pretendientes que llegaban para pedir su mano. El padre un poco cansado de tanto ajetreo de gentes, le pidió a su hija que eligiese marido y pusiese fin a ese trasiego. Ella como no sabía muy bien que cualidades valorar y no estaba muy decidida por ninguno, optó que su padre le buscara uno que tuviera buenas cualidades y fuese bien parecido. Como el padre tampoco estaba seguro, hizo convocar a los pretendientes para hacerles saber que el primero de ellos que lograse traer agua del pozo de La Espina hasta el castillo, sería el elegido.
Al cabo de unos dias, tres fueron los que se presentaron, dos de ellos bien parecidos pero el tercero era cojo, feo y bastante desaliñado. Comenzaron a trabajar con gran esfuerzo los bien parecidos, mientras que el cojo no hacía nada. Cuando ya no quedaba muy poco para terminar, los apuestos jóvenes se retiraron para finalizar su faena temprano y el más rápido tomar la mano de la joven.
Pero a la mañana siguiente, vieron que el cojo se había adelantado y el agua había sido llevada hacia el castillo.
El padre, aunque dudó bastante de ofrecerle a su hija, no pudo incumplir su palabra y finalmente cedió.
Fue llevado hasta la doncella y en cuanto ésta vió a su futuro marido, le reconoció al instante, como el diablo al que le había vendido su alma, y arrepentida exclamó:
¡ Antes el mismo Dios todo el palacio éste y los que en él estamos hundiría, que me casara yo con quien almas compra, pues de cierto que también las vendería !
Se hizo una tremenda explosión y todo el castillo se hundió, desapareciendo todos y quedó en su lugar el pozo de Fullaricos de donde fueron apareciendo las vigas del paladio de Abladaneda. lacuruxa.es.
Como su belleza era conocida por todos, no le faltaban diariamente, muchos pretendientes que venían de muchos y variopintos lugares que llegaban allí para ver de cerca su gran hermosura. Ella estaba encantada con ser el centro de atención.
Pero un buen día llegó a sus oidos que una dama que vivía en el castillo de Belmonte era tambien bellísima y empezó a sentir la envidia dentro de su ser.
Moraba por aquellos lares un diablo, que enterado, de la envidia despertada en aquella joven, se presentó ante ella, y le ofreció una belleza tan deslumbrante que jamás nadie le haría sombra, solamente a cambio de su alma. La joven estuvo un poco confusa ante tal propuesta, pero finalmente acabo aceptando.
Pasó el tiempo y cada vez eran mas los pretendientes que llegaban para pedir su mano. El padre un poco cansado de tanto ajetreo de gentes, le pidió a su hija que eligiese marido y pusiese fin a ese trasiego. Ella como no sabía muy bien que cualidades valorar y no estaba muy decidida por ninguno, optó que su padre le buscara uno que tuviera buenas cualidades y fuese bien parecido. Como el padre tampoco estaba seguro, hizo convocar a los pretendientes para hacerles saber que el primero de ellos que lograse traer agua del pozo de La Espina hasta el castillo, sería el elegido.
Al cabo de unos dias, tres fueron los que se presentaron, dos de ellos bien parecidos pero el tercero era cojo, feo y bastante desaliñado. Comenzaron a trabajar con gran esfuerzo los bien parecidos, mientras que el cojo no hacía nada. Cuando ya no quedaba muy poco para terminar, los apuestos jóvenes se retiraron para finalizar su faena temprano y el más rápido tomar la mano de la joven.
Pero a la mañana siguiente, vieron que el cojo se había adelantado y el agua había sido llevada hacia el castillo.
El padre, aunque dudó bastante de ofrecerle a su hija, no pudo incumplir su palabra y finalmente cedió.
Fue llevado hasta la doncella y en cuanto ésta vió a su futuro marido, le reconoció al instante, como el diablo al que le había vendido su alma, y arrepentida exclamó:
¡ Antes el mismo Dios todo el palacio éste y los que en él estamos hundiría, que me casara yo con quien almas compra, pues de cierto que también las vendería !
Se hizo una tremenda explosión y todo el castillo se hundió, desapareciendo todos y quedó en su lugar el pozo de Fullaricos de donde fueron apareciendo las vigas del paladio de Abladaneda. lacuruxa.es.
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