HISTORIAS,LEYENDAS Y MITOS DE ASTURIAS,RECETAS,SITIOS ,RUTAS ,ENTRETENIMIENTO EN GENERAL
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ASTURIAS PATRIA QUERIDA
jueves, 29 de diciembre de 2011
Paleolítico Asturias fue ocupada por grupos humanos desde el Paleolítico Inferior (hace 100.000 años) en un periodo comprendido entre el Achelense y el Musteriense. Existen pinturas rupestres que datan de hace 30.000 años y corresponden a las culturas Solutrense, Magdaleniense y Auriñaciense pertenecientes al Paleolítico Superior y propias tanto de los pueblos de la Cordillera Cantábrica como del sur de Francia. Por medio de los yacimientos conocidos hasta el momento, se cree que primeros pobladores de Asturias se instalaron en el litoral cantábrico y en los valles ribereños: cuevas del Pindal (Ribadedeva), de Posada, de Tito Bustillo (Ribadesella), del Buxu (Cangas de Onís), de San Román de Candamo (Candamo) y la de la Covaciella (Cabrales) El periodo entre el abandono de las cuevas hasta casi la romanización es bastante desconocido. Los autores griegos o latinos hablan de tribus bárbaras y aguerridas que vivían en las selvas y montañas. Escritores romanos como Plinio el Viejo y Pomponio Mela y griegos como Estrabón hablan de dos tribus principales separadas por la Cordillera Cantábrica: los astures augustanos con capital en Asturica (la actual Astorga) cuyos dominios llegaban hasta el Duero, y los astures transmontanos que se extendían entre el río Sella y el Navia. No obstante, hoy se entiende que estas divisiones son producto de la practicidad romana a la hora de establecer sistemas administrativos y policiales, y no como muestra de identidades precisas indígenas. Los Reinos Bárbaros o Germánicos son el embrión de las naciones europeas modernas. Los reinos bárbaros asumen gran parte de la civilización y legislación romana pero adaptada a su personalidad. También asumen la religión del Bajo Imperio, que el cristiana católica, aunque en algunos reinos, como el visigodo, la cuestión religiosa será protagonista de enfrentamientos y divisiones por la pugna entre católicos y arrianos. El nombre Celta proviene de la forma plural Keltoi usada por los geógrafos griegos para definir a un numeroso pueblo bárbaro esparcido en la Europa Transalpina y la Península Ibérica alrededor del año 600 a.C. La arqueología nos muestra que la cultura Hallstatt (Austria) tardía (siglos VI y V a.C.) se asentó en lo que los griegos reportan como ocupación Celta; y es en este asentamiento cultural donde se pueden encontrar objetos griegos en algunas tumbas de jefes bárbaros en el suroeste de Alemania y partes adyacentes. Antecedentes de estos jefes se pueden encontrar más atrás en el siglo VII en Bavaria y Bohemia. Alrededor de la mitad del siglo V comenzó a emerger la cultura La Tene entre los Celtas del Rin medio donde el comercio con los Etruscos, más que con los griegos, era predominante. Más tarde los reinos Celtas fueron atacados por tribus Teutónicas provenientes de Jutlandia. Roma envió un ejército para ayudar a Noricum (provincia Celta) pero fue derrotado. Habiendo aplastado la resistencia romana y celta, asaltaron toda la Galia Transalpina obligando a los Celtas a buscar refugio al oeste. Un rama de celtas se asentó la Galia y por lo tanto fueron llamados Galos que fueron conquistados por Julio Cesar poco antes del nacimiento de Cristo. Un cognado se asentó en la peninsula Ibérica y se convirtieron en grandes marinos. En el siglo III a.C. los Celtas invadieron el mundo griego llegando hasta Delfos (nótese la similitud de "Celta" "Galo" "Gálata"). Un tipo de Celtas cruzaron a Bretaña alrededor del año 400 a.C. y ellos fueron los Britanos. Nueve siglos después fueron obligados a retirarse a Cornwall y a Gales formando los respectivos pueblos. Existe una fuente histórica de la identificación del pueblo insular con los Celtas, es un reporte de Julio Cesar de la migración de tribus Belgas a Bretaña. Cerca del año 305 a.C. los Celtas llegaron a Irlanda. Muchos llegaron atravez de Bretaña pero parece ser que la mayoría fueron Celtas Ibéricos. Estos se convirtieron en Irlandeses y hablaron una lengua de la rama Goidélica. El asentamiento Celta en Bretaña e Irlanda se deduce de consideraciones arqueológicas y filológicas. Tenemos también una fuente histórica: un documento en el que el César reporta la migración de tribus Celtas a Bretaña. Aunque los habitantes de las Islas tenían amplia relación con los Galos. Otra rama de las emigraciones celtas se dirigió a lo que hoy conocemos como España y particularmente las provincias de Asturias y Galicia
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